Mayo 20 de 2018
Hoy iremos a los acantilados de Dover (White Cliffs of Dover) forman parte de la costa británica frente al estrecho de Dover y Francia. El acantilado, que alcanza hasta 106 metros de altura, debe su llamativa fachada a su composición de creta (tiza de color blanco puro de carbonato de calcio), acentuado por vetas de pedernal negro. Los acantilados se extienden al este y oeste desde el pueblo de Dover en el condado de Kent.
Llegamos a Dover con un dia super brumoso y algo frío, lo que dificulta ver a Francia y disfrutar de mejores paisajes, Dover es el mayor puerto del canal de la Mancha en Inglaterra y es famosa por sus acantilados blancos, compuestos de creta (tiza).
Dover es el punto más cercano a la Europa continental, separado a tan solo 34 km del puerto Francés de Calais. Este hecho hace que Dover sea uno de los puertos más transitados para cruzar el canal de la Mancha.
Hay un castillo en Dover, mirando desde lo alto al puerto. Fue edificado en el siglo XII y es el castillo más grande en Inglaterra. Llamado la «Llave de Inglaterra» a causa de su proximidad a Francia. Hoy una densa bruma marina no permite la mejor panorámica.
Los senderos para excursionismo y para bicicleta serpentean a lo largo hasta los Acantilados Blancos. Seguir el camino y dirigirse en cualquiera de ambas direcciones para admirar un paisaje representativo de Gran Bretaña, con sus Acantilados Blancos, los cuales son visibles desde Europa continental.
Los acantilados vistos desde Cap Gris, Francia.
Los acantilados tienen un gran valor simbólico para el Reino Unido debido a que encaran a la Europa continental a través de la parte más angosta del canal de la Mancha.
Detrás del acantilado hay kilómetros de túneles ocultos que se crearon durante la Edad Media y más tarde desempeñaron un papel en la defensa de Gran Bretaña durante las guerras napoleónicas.
Dover Beach es una bella franja de playa pedregosa resguardada por los rompeolas del puerto y abrigada por los Acantilados Blancos de Dover. (no se como se atreven llamar bella playa a semejante pedrero, pero ahí sacan su toalla y se echan a tomar el sol, pero hoy hace bastante frío)
La playa y sus puertos circundantes son un lugar muy activo durante todo el año a donde los turistas y lugareños vienen a disfrutar la brisa marina. Aquí nosotros somos los turistas, lógicamente.
Aun con el día tan frío hay bastantes vehículos en el parqueadero.
Pasear por el malecón y disfruta la vista del Castillo de Dover en lo alto de los acantilados, de los transbordadores en el canal y en un día claro, la lejana costa de Francia.
Nosotros cogimos rumbo al faro, por el camino que bordea el acantilado, la verdad no es para pasar por ahí estando borracho, es un verdadero precipicio, el cual tenía aterrorizada a Ceci.
Salimos a unas explanada con camino de regreso ya más decente y viendo que para llegar al faro podían faltar una hora mínimo, dimos por hecho el trabajo y tomamos el regreso por esta nueva vía.
Después de caminar un rato llegamos a la cafetería, donde venden souvenir, a precio para turista, pero también ricos pasteles típicos con café con leche, local que por el día tan frío, tenían que permanecer las puertas cerradas.
También como en Londres, Stonehenge, Windsor, Greenwich y donde quiera que fuéramos hay una especie de cuervo, más bien grandecita y fuerte, muy bellos animales.
Ya con ese tente en pie, salimos a esperar que nos recoja Martín en el coche, pues muy amablemente siempre que podía le recortaba la caminada a Ceci.
También observamos unas largas escaleras para hacer montañismo, me parece que deben ser muy interesante y agradable el recorrido, lastima que ya no estamos para eso.
Ahora sí, rumbo a Sándwich, población que encontramos de fiesta ya que el 13 de Mayo cumplió 250 años del Sándwich, ocho días despues y todavía festejaban.
Pueblo encantador, supremamente agradable.
Cuando John Montagu, IV Conde de Sándwich, ordenó que le sirvieran la carne entre dos rebanadas de pan, 250 años atrás, probablemente no pensó que su petición se convertiría en una comida universal. 
Cuenta la historia que el Conde inglés pidió el alimento de esa forma para poder comer sin dejar de jugar a las cartas y que luego sus amigos pedían:"lo mismo que Sándwich", según recoge la Asociación del Sándwich Británico.
"Lo que ocurrió con el sándwich fue el impacto de la informalidad. Fue un gesto atrevido comer de esa manera viniendo de un hombre con su origen social", de todas maneras se aprovecha cualquier disculpa para celebrar, así que ocho días despues siguen celebrando con gran animación.
Pasamos a la iglesia, y oh! sorpresa otro bazar, esto ya se está volviendo tan común como el sándwich, un puro bazar revuelto, se vende de todo, creo que se usan más las iglesia para esto que para orar.
Ya caminando vimos una anticuaria, donde sin saber porque entramos a curiosear, en ella Martín pregunta; qué es eso? una máquina de moler carne que se encontraba colocada al revés, difícil de saber que era sin enderezarla, me enamore de ella y la compre, todavia me reprochan, que no se podía comprar nada, que las maletas,etc,etc,etc.
Como humanos que somos nos dio hambre fuimos a almorzar en el segundo piso de la casa de la foto, todavia no entiendo como un pueblo de escasos 5.000 habitantes, puede sostener un restaurante de esta categoría, es sorprendente, todo un cinco estrellas.
Otra vuelta por este agradable pueblo y a casita, este es nuestra despedida de Londres, Inglaterra, mañana saldremos rumbo a París, Francia.
Fueron unos días espectaculares, con los mejores anfitriones, y conociendo cosas y lugares maravillosos.
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