Antes de las 5 am estaba el Shutter contratado para llevarnos al aeropuerto, ya que nuestro vuelo sale a las 6:20 am rumbo al aeropuerto Fiumicino cerca a Roma.
Muy cumplidamente llegamos y pasamos a hacer el check-in justo a tiempo.
Menos mal no espere la buseta del hotel, pues solo con el recorrido del lugar donde ella nos dejaba hasta la terminal del vuelo nos hubiéramos demorado casi una hora, el aeropuerto es inmenso.
Muy cumplidamente llegamos y pasamos a hacer el check-in justo a tiempo.
Menos mal no espere la buseta del hotel, pues solo con el recorrido del lugar donde ella nos dejaba hasta la terminal del vuelo nos hubiéramos demorado casi una hora, el aeropuerto es inmenso.
Llegamos a Fiumicino y fui a averiguar dónde y cuánto costaba el tren de cercanías a Termini, punto final del recorrido de dicho tren y junto a una estación del Metro que nos llevaría al Vaticano, donde se encontraba ubicado nuestro hotel.
Pero el costo del tren que salía cada 20 minutos era de 15 euros persona más 4,5 euros del metro total 39 euros, vi que no me salía hacer ese recorrido, asi que sali hacia los taxis, pregunte cuanto valia, estos me cobraban 60 euros, yo les dije que quería una carrera no comprarlo, pero bueno no entendieron.
Visto esto me ofrecieron servicio particular por 50 euros, y por esos 11 euros adicionales decidí tomar el particular y no el tren, bueno increible un Mercedes Benz último modelo, casi una limusina con pantalla de 14 pulgadas, aviso de punto ciego, aire acondicionado individual, etc, etc. en el cual nos fuimos hasta el hotel, no sin antes decirnos el conductor; si salen a la ventana pueden saludar al Papa.
Visto esto me ofrecieron servicio particular por 50 euros, y por esos 11 euros adicionales decidí tomar el particular y no el tren, bueno increible un Mercedes Benz último modelo, casi una limusina con pantalla de 14 pulgadas, aviso de punto ciego, aire acondicionado individual, etc, etc. en el cual nos fuimos hasta el hotel, no sin antes decirnos el conductor; si salen a la ventana pueden saludar al Papa.
Llegamos y casi que nos perdemos dentro del edificio para dar con el hotel, pues había un ascensor de esos super clasicos antiguo donde si cabe el equipaje no cambiamos nosotros, pero al fin se justificó, tremenda habitación, mezanine con la cama para Manuel, su baño privado, aire acondicionado, nevera y cafetera con unos cafés y bollería de cortesía, quedamos encantados.
Como ya saben, para mi lo primero es lo primero, así que aproveché en mi magnífico Italiano para preguntar a la dueña del lugar donde y cómo podía ir a algún Carrefour o supermercado, había que llenar la nevera, ja ja, ja, es definitivamente una enfermedad mi adicción a los chorizos, jamones y quesos.
Resultó que quedaba muy cerca, asi que emprendimos en su búsqueda para hacer ciertas compritas, entre ellas se me olvidaba que también adoro los langostinos, los mismos que compre listos para comer, deliciosos, me los devore antes de salir a la visita obligada al Vaticano.
Bueno el Vaticano está con solo cruzar la calle, pues nos vamos Ceci y yo, la plaza de San Pedro y la Basílica del mismo nombre, serán nuestros primeros pasos en Roma, en un segundo estabamos alli, esta si con mucho turista e inmensa la fila para entrar a la Basílica, le daba la vuelta a la plaza, algo que ya no me gusta ni cinco, hacer filas.
Así que nos arrimamos a la Basílica, recorrimos un poco la plaza y sugerí salir por otra entrada de la plaza para conocer algo más, así empezamos un recorrido por todo el perímetro del Vaticano, tremenda caminata y escuchando la cantaleta de Doña Ceci (solamente Muralla), pero cuánta gente a recorrido todo el perímetro de un estado?
Nosotros bordeamos todo el Estado Vaticano, larguito pero bueno, al final para apaciguar las cosas invite a la Ceci (ya estaba más calmadita y le pude quitar el Doña) a tomar una cerveza fría en un estadero en la acera, simple y sencillo, pero gran sorpresa $20,24 euros.
Impresionante ($70.000 pesos Colombianos), algo que en Colombia no me cobran mas de $2 euros quedé atónito y me prometí no volver a comprar sin averiguar el precio, claro que la mesera tan amable solo me cobro los $20 euros, me descontó 24 céntimos que maravilla.
Como ya saben, para mi lo primero es lo primero, así que aproveché en mi magnífico Italiano para preguntar a la dueña del lugar donde y cómo podía ir a algún Carrefour o supermercado, había que llenar la nevera, ja ja, ja, es definitivamente una enfermedad mi adicción a los chorizos, jamones y quesos.
Resultó que quedaba muy cerca, asi que emprendimos en su búsqueda para hacer ciertas compritas, entre ellas se me olvidaba que también adoro los langostinos, los mismos que compre listos para comer, deliciosos, me los devore antes de salir a la visita obligada al Vaticano.
Bueno el Vaticano está con solo cruzar la calle, pues nos vamos Ceci y yo, la plaza de San Pedro y la Basílica del mismo nombre, serán nuestros primeros pasos en Roma, en un segundo estabamos alli, esta si con mucho turista e inmensa la fila para entrar a la Basílica, le daba la vuelta a la plaza, algo que ya no me gusta ni cinco, hacer filas.
Así que nos arrimamos a la Basílica, recorrimos un poco la plaza y sugerí salir por otra entrada de la plaza para conocer algo más, así empezamos un recorrido por todo el perímetro del Vaticano, tremenda caminata y escuchando la cantaleta de Doña Ceci (solamente Muralla), pero cuánta gente a recorrido todo el perímetro de un estado?
Nosotros bordeamos todo el Estado Vaticano, larguito pero bueno, al final para apaciguar las cosas invite a la Ceci (ya estaba más calmadita y le pude quitar el Doña) a tomar una cerveza fría en un estadero en la acera, simple y sencillo, pero gran sorpresa $20,24 euros.
Impresionante ($70.000 pesos Colombianos), algo que en Colombia no me cobran mas de $2 euros quedé atónito y me prometí no volver a comprar sin averiguar el precio, claro que la mesera tan amable solo me cobro los $20 euros, me descontó 24 céntimos que maravilla.
Al regresar de nuestro paseo, muy cerca del hotel está la entrada a la capilla Sixtina y el museo Vaticano, las filas son tan inmensas que hasta Ceci que estaba muerta de ganas de entrar, rápidamente cambió de parecer.
Más bien continuamos nuestro recorrido a pie por Roma, pasamos por la plaza del resurgimiento la cual está situada en seguida del hotel y nos fuimos dejando llevar por la via Cola di Rienzo, con sorpresas agradables, un árbol que al cortarlo (quien sabe porque?) un artista de la motosierra labró una figura humana.
Pasamos cerca del Castillo Sant'angelo, y seguimos nuestro recorrido alejándonos más y más.
Pero encontrando a nuestro paso cosa como esta fuente, muy bonita en mitad de una calle me quedé sin saber qué significaba, esta puede ser la excusa para tener que volver.
Y qué les parece esta linda bicicleta de madera.
Realmente es agradable ir caminando y encontrar cosas como estas, la que encontramos al pasar por uno de esos arcos que también me dejaron confundido.
Aparentemente son un antiguo acueducto Romano, pero presenta unos desniveles difícil de explicar, tampoco puede ser una muralla, pues está llena de arcos que permiten el paso, esta puede ser la otra razón para tener que volver.
Ya empezando a oscurecer y con un dia super rendidor, madrugada, viaje y gran caminata nos dirigimos poco a poco hacia el hotel, lógico casi adivinando por donde era el camino pues para conocer más usamos una vía diferente de regreso, maravilloso allí está el hotel, es hora de descansar.
Despertamos despues de una noche reparadora, si algo bueno tiene la maraton del dia anterior es que se duerme como un lirón, delicioso.
Aqui estamo totalmente recuperados para otro día, hoy llega Manuel hacia el mediodía así que Ceci y yo aprovechamos la mañana para conocer otros lugares y dejamos la tarde para el famoso Coliseo y alrededores en compañía de Manuel.
Cogimos el Metro rumbo a la plaza España, pues Ceci quería buscar la Casa de Mater, supuestamente se encuentra cercana a Trinita dei Monti y todo esto está en la plaza España y sus alrededores.
Llegamos a la Fuente de la Barcaza, una hermosa fuente con aguas cristalinas, muy bonita, en el centro de la plaza, pero luego me di cuenta que estábamos al otro lado del río Fiume Tevere (tíber) que atraviesa Roma.
Aqui unas famosas escalinatas que unen la plaza España con Trinita dei Monti, las cuales subimos para encontrar unas vista diferente de Roma, donde por más que preguntamos nadie conocía la famosa Casa de Mater, otro recorrido y nos iremos a esperar a Manuel.
Nos pusimos de regreso ya que Manuel nos comunica que está a punto de coger el metro, le damos las instrucciones necesarias para esperarlo en la estación Vaticano, allí vemos algo muy simpático , lo llaman "Casa del Agua".
Unos quioscos con agua natural o con gas, helada y gratuita, también puedes recargar tu móvil en las USB en la otra pared de la instalación, todos los curiosos que se acercan a ver de qué se trata el quiosco acaban llenando su botella, pues claro yo también caí, deliciosa.
Vimos dos, una en frente de la salida de las estación de metro Vaticano y la otra en la estación del Coliseo, ya con anterioridad hemos visto dispensadores como el de la foto en un museo en Londres, con forma de llenar la botella o tomar directamente agua fresca, pero no con gas ni tampoco con cargador de móvil y menos aún en media calle.
Es algo digno de copiar y con cargador de móvil, maravilloso.
Creo que me desvie mucho pero me causo gracias los dispensadores y gente llegando con bolsa con cuatro o cinco botellas de dos litros para llenar. Al fin llegó Manuel y nos dirigimos al hotel a que dejara su equipaje y salir a recorrer con el, que con la cercanía del vaticano pidió dar una vuelta para recordar, ya que él ya había estado.
Después de esto pues al Coliseo, super facil en el metro rumbo estacion Coliseo y listo, llegamos y desde el mismo momento de salir del Metro la cantidad de turistas es impresionante, lo mismo en todos los lugares de Roma que hemos visitado hasta el momento.
Hasta el siglo XX ningún edificio superó en capacidad al Anfiteatro Flavio o el Coliseo, destinado a acoger las sangrientas diversiones con que los emperadores cortejaban al pueblo de Roma, juegos de gladiadores, batallas, luchas con animales… El Anfiteatro Flavio, más conocido como Coliseo constituía parte del entretenimiento público de la antigua Roma.
La famosa expresión latina panem et circenses (pan y circo) resumía todo lo que los gobernantes de la urbe requerían para manejar a la plebe y mantenerla entretenida. Hasta 50.000 espectadores podían participar de las sangrientas diversiones con que los emperadores cortejaban al pueblo.
Son muchos los mitos en torno a la lucha de los gladiadores.
Por ejemplo el gesto del pulgar hacia abajo que determinaba la muerte de un vencido o la fórmula con que los prisioneros condenados a luchar saludaban al emperador Claudio: «¡Ave César! Los que van a morir te saludan». Pero más allá de estos detalles, todo lo demás parece haber sido cierto, drásticamente cierto: el espectáculo de la sangre derramada exaltaba los ánimos de los espectadores, que quedaban atrapados por la adicción al anfiteatro.
Continuamos y llegamos al arco de Constantino, un arco del triunfo que se encuentra entre el Coliseo y la colina del Palatino. Se irguió para conmemorar la victoria de Constantino I el Grande en la batalla del Puente Milvio, el 28 de octubre de 312, esta pieza central de la arquitectura es considerada como el arco de triunfo más grande que jamás se haya construido.
Y eso es notorio apenas nos ponemos frente a él. Con sus 21 metros de altura y sus casi 26 metros de ancho, este arco consta en realidad de tres arcos, de una profundidad que roza los 7 metros y medio.
Su parte inferior tallada en fino mármol realza la textura de la parte superior, el ático, construida con ladrillo y remates de mármol. Su forma fue inspirada en el Arco de Septimio Severio, construido en el Foro Romano.
Seguimos al Palatino que según la mitología romana, el Palatino era el lugar donde estaba la cueva, conocida como el Lupercal, en la que fueron encontrados Rómulo y Remo y que era el hogar de Luperca, la loba que los amamantó. Según esta leyenda, el pastor Fáustulo encontró a los niños, y con su esposa Aca Larentia los crió.
Cuando ellos crecieron, mataron a su tío abuelo, que había quitado el trono a su abuelo, y ambos decidieron erigir una nueva ciudad propia a las orillas del río Tebere (Tiber). Tiempo después, tuvieron una fuerte discusión y al final Rómulo mató a Remo. Luego se arrepintió y a su nueva ciudad la llamaría ROMA en memoria de su hermano Remo.
Vamos a el Arco de Tito es un Arco de Triunfo, con una sola arcada, colocado en los pendientes del palatino. El Arco de Tito despierta gran admiración entre los cientos de miles de turistas que visitan el Foro romano.
Se justificó hacer un pequeño receso y tomar aguita (vuelvo a recordarles que es muy paisa los diminutivos), para ver por donde seguíamos, se observan justo las diferencias de dos épocas, la tecnología con el celular o móvil y la Ceci con un poderoso mapa impreso.
Ganó el mapa (Ceci) sigue la colina Capitolina.
La Colina Capitolina este es uno de los lugares más visitados de la capital italiana ya que además de poderse ver algunas ruinas, pueden verse varios palacios que son de estilo Medieval y del Renacimiento que están rodeando la plaza, en un plan urbano que fue hecho por el propio Miguel Ángel.
Pero la mayoría de los edificios en la actualidad de la Colina Capitolina son mucho más modernos. La forma en que se llega allá es maravillosa porque se tienen que subir unas escaleras largas y empinadas que fueron obra de Miguel Ángel y lleva a la plaza perfecta del Campidoglio, que también es obra de él.
Sigue el recorrido ahora a La plaza Venezia o Victtoriano situada a los pies de la colina del Capitolio y cerca del Foro Romano. En ella se sitúa el Monumento a Vittorio Emanuele II .
La Piazza Venezia es hoy un importante nudo de tráfico en el corazón mismo de la ciudad, y con frecuencia pasarás junto a ella.
Está presidida por el enorme y controvertido Monumento a Vittorio Emanuele II, levantado para honrar a la patria después de la reunificación italiana. Para poder construirlo se tuvo que trasladar un cuerpo entero del Palacio de Venecia, destruyendo así una de las últimas plazas renacentistas que quedaban en Roma.
Además del vistoso Vittoriano, la Plaza está cerrada por el Palazzo di Venezia y por un edificio construido en el siglo XX en simetría con este último. Enfilando exactamente la gran mole blanca se encuentra la famosa Via del Corso, en cuyo extremo opuesto se vislumbra el obelisco de Piazza del Popolo.
Seguimos nuestra correría viendo como en todo lugar turístico tratan de sacar el mayor provecho del turista aquí también encontramos los disfrazados de soldados romanos cobrando unos buenos dólares por la foto con ellos, increíble gente haciendo fila para la foto.
Pasamos por las ruinas del foro romano y seguimos caminando y al fondo vemos también la cúpula de la basílica de Majencio y constantino.
Al caminar por ciertas calles nos encontramos con una gran sorpresa, como para cerrar con broche de oro, La Fontana de Trevi, maravillosa, ubicada en una pequeña plaza donde a duras penas cabía el gran número de turista.
Nos quedamos todos atónitos no sabiamos que habia pasado, pues dentro de todo no la estabamos buscando en ese momento, se sintio una sensacion super placentera y se veía hermosa.
Eso sí no cabía un alma, gente por montones, yo pretendía arrimarme para cumplir con la tradición de arrojar una moneda y pedir un deseo, pero fue imposible, me tocó arrojarla desde lejos y espero no haber descalabrado a nadie, je je je.
Creo que con esto terminamos nuestra correría por Roma, mañana reclamaremos el coche he iniciaremos nuestro recorrido por la Toscana, de Roma hasta Venecia.
Aprendimos mucho de Roma y comprendí por qué en París no se veían Turista, es que todos están en Roma, parecen cucarachas están por todas partes.
Si París me quedó debiendo, en Roma fue todo lo contrario, Volvería!
Si París me quedó debiendo, en Roma fue todo lo contrario, Volvería!