Crucero por el Caribe día 5
Willemstad, Curacao
Marzo 18 de 2009.



Nuevamente madrugar a ver el atraque y amanecer, cual de los dos mas hermosos, se empieza a ver un puerto multicolor que parece mas de cuento infantil que de realidad, piscinas al lado del mar con agua marina recirculante, puentes en arco elevado, el Queen Juliana de donde se divisa completamente el puerto.
Ciudad realmente fantástica a la vista, todo se ve recién pintado y sus colores alegres que contagian, bueno rápidamente a desayunar como animales, que salvajismo no fuimos capaces de aprender a medir las porciones y variedad de cosas y siempre nos servíamos de mas, de todas maneras rápidamente desembarcamos para disponernos a conocer lo mas posible de este pintoresco puerto aun a sacrificio de ver las playas.
Es una ciudad ideal para pasear tranquilamente, caminando, disfrutando de su bella arquitectura urbana, de sus excelentes tiendas para hacer compras. La bahía de Santa Ana la divide en dos sectores: Punda es el sector donde vamos a encontrar importantes centros comerciales, mercados y lugares para comer; mientras que Otrabanda es el sitio de estrechas callejuelas con fachadas de típica influencia holandesa.


El puerto de Willemstad, pleno de actividad y encanto frente al mercado flotante, donde los productos del mar rivalizan con los colores de las frutas del trópico, son paseos imperdibles que todo viajero debe hacer durante su estancia en Curazao. Muy cerca se encuentra el viejo mercado donde son ofrecidas diferentes comidas antillanas en un ambiente típico.

Otras construcciones dignas de admirar durante nuestro viaje a la capital de Curazao es el Banco de Boston de estilo Palladiano, y muy cerca el edificio que aloja al Juzgado, ambos ubicados frente al parque Wilhelmina, y que evoca los tiempos en que Holanda debió pelear por la posesión de la colonia.
En éste sector de la ciudad se encuentran ubicados los comercios de joyas, que tienen reputación de ser los más exclusivos de las Antillas. Asimismo, bajo la arquería de la Fortaleza hay negocios que venden batik de Indonesia y artesanías africanas dentro de un centro comercial con otras múltiples ofertas y que los turistas suelen aprovechar.
Continuamos paseando por la parte comercial en busca de un teléfono para llamar una amiga de una amiga de Ceci que le había mandado un bolso de regalo, después de tratar de hacernos entender, en una joyería la dependiente hizo la llamada a esta señora y quedamos en encontrarnos en el puente flotante, mientras se supone que llegaría visitamos varios almacenes pero nos sorprendió lo costoso de todo en esta bella isla.

Entregado el regalo volvimos a recorrer entre otros el mercado de pescado y las señoras utilizaron los baños públicos al lado de muelle donde aunque eran pagando unos centavos, contaron que estaban limpios e utilizables.


Tengo que reconocer que después de almorzar, me daba mi paseito por la maquinita de helados y cual niño chiquito me comía unos seis o siete, a veces me parecía poco el conito y me llenaba un vaso completo. buen no se que me paso pero no tome evidencia fotográfica de dicha maquinita, algo brutal por mas que les sacaras nunca sacaba la mezcla blanda.
Un buen relax al lado de las piscinas y un recorrido por cubierta, donde observamos a la juventud pegada de una cuerdas elásticas salir disparados hacia el cielo, que horror si se llegaran a soltar salen como disparados por una cauchera, bueno para eso es la juventud, o no?
Seguimos paseando por cubierta con la mas deliciosa brisa marina, esperando el atardecer algo que no perdono, pues como dicen los toreros, para que te toque la buena hay que ir a todas, así que no perdía atardecer uno mas hermosos que otros pero todos supremamente relajantes. aun así la brisa a veces molesta las minifalditas de las chicas, que podemos hacer?
Después del atardecer, un duchazo refrescante a cambiarse y empezar la función nocturna, teatro, comida en restaurante, caminata o show por cualquiera de las múltiples funciones diarias, y ya rendidos dirigirse al camarote, donde nos espera un nuevo animalito hecho con las toallas.
Curazao nos pareció súper lindo lleno de Colores.
Y buenísimo porque todo queda cerca y si alguien quiere hacer compras todo queda a unas dos cuadras.
Hasta mañana en Bonaire...................
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