Cartagena,Colombia.
Marzo 14 de 2009.
Hoy iniciamos el relato de nuestro primer crucero, el mismo que despertó en nosotros ese gusto por los cruceros, que esperamos de vez en cuando poder realizar.
Resulta ser que en la empresa donde trabajo se realizó por la casa matriz un concurso el año 2008 donde el mejor ganaría dos cruceros por el Caribe, visitando Cartagena, Santa Marta, Aruba, Bonaire, Curazao y Panamá. Gracias a un buen desempeño resultamos ganadores donde viajaría acompañado del Sr. Humberto Gallego. Viendo algo aburridor el ir solo los dos en un camarote, le propuse a Humberto que compráramos otro camarote y así poder invitar a nuestra respectivas esposas, como el informe del día, fecha y hora fue imposible que nos lo comunicaran con anticipación, a una semana de salir el crucero no se conseguían camarotes a no ser revendidos, pues nos tocó pagar con recargo, casi el doble de su valor, y para colmos quedar agradecidos de que nos hubieran tumbado, pues como el vendedor decía nos hizo un favor.
De todas maneras compramos el camarote y procedimos a organizar nuestro crucero, pasajes vía Aires desde Medellín a Cartagena, para ahorrarnos el taxi a Rio Negro y Aires tiene unas tarifas más económicas que Avianca, había que buscar como reponer algo del sobre costo del camarote.
Con todo ya listo llega el día de la partida, al aeropuerto temprano donde nos encontraríamos con Humberto y su señora para viajar a Cartagena, al encontrarnos en el aeropuerto Humberto inmediatamente empieza a decirle a Ceci que menos mal que iba, pues en un viaje a Argentina que habíamos realizado el año anterior juntos, les hice recorrer todo Buenos Aires a pie buscando los encargos de Ceci, que no los deje hasta que los conseguí, bueno abordamos la pequeña aeronave de Aires e iniciamos el vuelo con escala en la Ciudad de Montería, nos ofrecen un fresquito y le digo a la aeromoza que para quien es las papitas fritas y me informa que es para los niños, le dije que entonces por qué no me daba a mí, se sonríe y muy querida me dio papitas, galletas y una chocolatina, le informe al bajarme que se acordará de mí, que volvía en diez días.
Llegamos y tomamos un taxi al Hotel Caribe donde teníamos una habitación paga para dos personas, después de preguntar cuanto nos cobrarían por la otra pareja, nos dan el desorbitante precio de $320.000 pesos por adicional en la misma habitacion, a aun sabiendo que la habitación constaba de dos camas matrimoniales, le cedo a Humberto y su señora la habitación del hotel y quedamos que Ceci y yo buscaríamos algo más económico. Encontramos a media cuadra un hotelito donde la noche y desayuno incluido me lo dejan por 90.000 pesos, ya que no tenían habitación con cama doble, yo les aclare que no tenía importancia pues andaba con mi amante y cuanto más estrechita la cama mejor, por lo que nos adjudicaron una habitación con cuatro camas sencillas de las cuales fuimos muy cuidadosos de no utilizar sino una.
Siendo más o menos las 11am salimos por Boca grande, av. San Martin donde estábamos ubicados a dar el recorrido normal de reconocimiento de la ciudad, visitar los San Andresito, y curiosear un poco, en poco tiempo estábamos almorzando en uno de los restaurantes chatarra que ahora abundan en Bocagrande, que pesar, cuando para mi, hace un tiempo la Av. San Martin era tal vez la mejor calle Gourmet de Colombia, restaurantes de comida de todo el mundo y todos espectaculares, aunque a muchos puede que no les guste, olía a AJO, como en los mejores restaurantes de Europa, hoy tristemente gano el turismo barato y huele a fritanga, grasa, chatarra de todas maneras. Solo se consigue pizza, hamburguesas, pollos, etc. Que pesar!!!!!!
Estando en estas, pues la otra plaga, los vendedores ambulantes, que horror son miles, millones no te dejan ni caminar y eso que es temporada fría, bueno con su cuento le compro a uno una pulsera y un collar en acerina ya que según el chisme de moda son muy buenos para la presión alta. Esto fue como lanzar billetes al aire, miles de vendedores empiezan a llegar donde el paisa que está comprando “guevonadas”, realmente ya existía en mí una afición por los relojes OMEGA y ROLEX al verme uno de ellos el Omega Seamaster que llevaba puesto empieza el desfile de vendedores de réplicas y baratijas, al final ya les iré contando no me compro sino doce (12) relojitos unos para mi, otros para regalar. Después de almorzar un delicioso pollo frito (chatarra) decidimos dar un siestita y encontrarnos tipo 4:30 para aprovechar el resto de día.
Ya cayendo la tarde volvemos al trajín diario caminar ver la playa (fea y sucia), almacenes, tomar un helado, algo que realmente me encanta, y preguntar por chucherías en todas partes, como los mejores y más tacaños turista. Un vendedor se me acerca y me ofrece un Omega Seamaster cuatro agujas que hacia juego con el que yo llevaba, me encanto y trato de negociar pero el precio está demasiado alto, seguimos para ver si el vendedor ablandaba y fuimos hasta el Carulla o como se llame al inicio de la Av. san Martin donde nos aprovisionamos de agua en botellas, y nos tomamos un juguito delicioso en la cafetería. Al regreso nuevamente el vendedor y el forcejeo de precio, pero nada el hombre es difícil, o se me nota demasiado que me gusto, bueno continuamos viendo más y solicitando a los otros vendedores ese mismos modelo.
Ya entrada la noche comemos unas carnes asadas también de las que colaboran a ese olor grasoso y chatarrudo de Bocagrande, salimos a dar un paseo a pie por la bahía y regresamos a tomar un recorrido por la ciudad antigua en coche de caballos, encontramos una ciudad antigua cuidada, con buenos puntos de reunión, realmente se ve bonita y muy bien cuidada, nos agradó y es un punto a favor de Cartagena, más el recorrido barato realmente una hora más o menos y solo $45.000 los cuatro. Realizado el recorrido y siendo más de las 11 pm decidimos ir a dormir.
Mañana continuaremos…………..
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