jueves, 9 de junio de 2016

Lisboa, Portugal (Junio 2016)

Llegada a Lisboa, Junio 9 de 2016.



Estaba programada la llegada para las 7:00 a.m. así que a las 6.30 subimos a cubierta para ver la llegada, solo con el morralito, las maletas se entregaron desde la noche anterior, oh! sorpresa el barco ya había atracado.
Teníamos la mas hermosa vista de Lisboa y el amanecer más hermoso que pudiéramos esperar, eso si es un recibimiento de altura y de buenos augurios para nuestro paseo por Portugal.

Dicen que esas vistas tan hermosas de Lisboa solo las disfruta quien llega por mar, son impresionantes, después de ver solo mar, llegar y ver esas colinitas,(a Lisboa le dicen la ciudad de las 7 colinas, aunque son 10) el amanecer sobre el puente 25 de Abril, el castillo de Sao Jorge en una de sus colinas y todo esto con una temperatura de unos 17º C.

Puente 25 de AbrilEn  una imagen muy turística de Lisboa el puente 25 de Abril. Aparece siempre al fondo en las vistas del río Tajo, que se toman desde el Castillo de Sao Jorge y en cualquier panorámica que se toma desde el barrio de Belém.
El puente por color y forma, muchos turistas le comparan con el Golden Gate de San Francisco, pero en realidad éste es mucho más pequeño solo 2.2Kms.
Tuvimos la suerte de ver el amanecer sobre tan hermoso puente, aunque confieso, que pensé que sobre el puente se verían los atardeceres, de todo se aprende en este mundo.

Como ustedes se imaginaran el desembarco es algo supremamente organizado, se reúnen pasajeros por pisos y van saliendo por grupos ya que todo el equipaje tiene que estar en un lugar separado según el piso, llevan una franja distintiva para ayudar por el color a su ubicación, nosotros teníamos programado el desembarco a las 9:00 am, pero como nada es perfecto resulta que en Lisboa estaban celebrando no se que día de las fuerzas armadas, y escogieron salir del puerto con su desfile.
Bueno esto nos llevo a un retraso de dos horas, pues las autoridades no autorizaban el desembarco, lo que nos llevo a que el taxi en vez de demorarse 10 minutos al Hotel, se demoro más de una hora, lógico con $$$$$$$$ extras.
Llegamos al hotel y lo primero fue que la recepción estaba en el tercer piso, y el ascensor media 1 metro x 50 cm, casi que no cabíamos con las maletas, parecía como de 1900, eso si hecho en Lisboa y con un aire romántico y atractivo. (luego supimos que todos los hoteles de la zona tenían los mismos ascensores) La habitación si muy amplia y confortable, con su indispensable baño privado, ya que también ofrecen algo a lo que espero no tener que recurrir nunca, baños compartidos.

Disponía también de cocina comunitaria muy amplia, ordenada y aseada poseedora de todo lo necesario fogón, hornos, neveras, mesas, sillas, cubiertos, platos, ollas e implementos de aseo, lo cual me pareció agradable pues no pensaba sino en salir comprar y volver a comer mis chorizos y jamones españoles mas unos buenos quesos.
Nos organizamos y nos pusimos patitas en la calle, pues ya no es la tranquilidad del crucero, ahora hay que aprovechar y conocer lo mas posible, el hotel lo había escogido casi que en el centro de todos los lugares interesantes de Lisboa, podíamos ir a pie a todos ellos, el mas lejano estaba a 1.1 kms.
Salimos y nos encontramos con que una de las mas importantes avenidas de la ciudad la Av. de Liberdade, la teníamos a menos de 90 metros, y era esa la vía de unión de los principales lugares de interés, como la plaza de la Alegría, la plaza del Marquez de Pombal, la plaza de los Restauradores, también como es lógico poseedora de los mas afamados y lujosos almacenes como Louis Vuittron, por donde se llega también al mirador de Santa Justa y al tranvía para Barrio Alto.
Así que fuimos avanzando disfrutando también de un maravilloso clima que solamente llegaba a los 19 grados.
Pero no todo era color de rosas vimos como Lisboa a diferencia de lo observado en nuestro anterior viaje a España, es una ciudad de calles y avenidas sucias llenas de papeles, empaques de chucherías y miles de colillas de cigarrillos, esto fue algo que no esperábamos.
Llegamos al poco tiempo al lugar donde te suben en tranvía tradicional, lógico por unos euros, al mirador  de San Pedro de Alcantara en Barrio Alto, este es uno de los lugares obligados a visitar.
Con una vista hermosa de la ciudad, el río Tajo y Castillo San Jorge, todo esto desde un mirador con todo tipo de chucherías para los turistas, aquí vi una caseta con chorizos y otros embutidos artesanales colgados, como es natural con mi deseo de empezar a degustar tan fantásticos manjares, salí disparado para averiguar y de pronto empezar a comprar chorizos artesanales, pero cual sorpresa todos los productos eran ahumados que no dejaban sentir el delicioso sabor de un chorizo Español, bueno compra aplazada.
En esa oigo un grito de "gordo" (aunque no le encuentro explicación al apodo) miro para atrás y no veo a Ceci, sufre su primera caída, si hay estaba estirada en el piso después de dar un mal paso en un desnivel, bueno gracias a Dios sin consecuencia, lo que más sufrió fue su orgullo, pero sacudirse y dejar un raspón para aplicarle bengay mas tarde.






 Se  pudo continuar por un corto recorrido por Barrio Alto lugar lleno de tiendas populares y bares que son atiborrados por los turista en las noches, visitamos la iglesia de Santa Lucia, y nos dirigimos nuevamente hacia abajo, donde no pudimos usar el famoso Elevador de Santa Justa, pero el verlo por fuera fue suficiente las colas para ingresar estaban demasiado largas.
Ya era hora de comprar un helado para no perder la costumbre, por todas partes me tentaban con helado estilo Italiano Artesanal, como no probarlo. confieso nada del otro mundo, eso si costoso. esto basto para seguir comprando helados de Nestle, carritos que encontrábamos por todas partes.
De  pronto  Ma. Ceci vio un almacén de telas donde quiso entrar y dar una mirada, bueno había unos saldos de unas telas camiseras muy bonitas y a buen precio, bueno casi no la convenzo de comprar, pues los cortes tenían unos 2 metros y no necesitaba tanto, claro que todos valían lo mismo 5 euros el que escojas, esa es la economía de las mujeres que nunca he podido entender.
Seguimos caminando y disfrutando de un buen clima, recorrimos su parques, avenida del Libertador totalmente arborizada y con banquetas para tomar un descanso, algo que también hicimos.

Ya  entrando la noche nos dispusimos a volver al hotel, no sin antes buscar un supermercado o algo parecido, pues mi intención era muy clara empezar el consumo de chorizos, jamones y quesos.
Encontramos un pequeño mercadito cerca del hotel donde compre tres clases de chorizos tipo español diferentes, una bandeja de gran vela, queso semiduro ya tajado y otro de untar, algo de tomar y feliz nos dirigimos hacia el hotel.




Ya en el hotel baje a la recepción, (donde nuevamente gracias a mi camiseta de Canada, me vuelve a tocar hablar en ingles con un huesped, sera que tengo cara de Canadiense) para solicitar me confirmaran el tour del día siguiente pues si me llegan a contestar en portugués quedo grogui, bueno reserva confirmada.
Ahora si a lo que vinimos, chorizos y quesos encima de la mesa, pero gran decepción fuera del gran vela los otros chorizos no me gustaron en absoluto, sabían a todo menos a chorizos  tipo Español, los quesos si pasables.
Bueno con esto dejamos algo para mañana, ya es hora de descansar.



















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